martes, 16 de febrero de 2010


Cada uno de nosotros somos el resultado de lo que hemos vivido hasta el momento. Somos un cúmulo de las experiencias que hemos atesorado a lo largo de los años, conformando un resultado que se corresponde con la imagen que, en el momento presente, mostramos a los demás y a nosotros mismos.

Tomamos el presente como un puente para llegar al futuro y vivimos preocupados por como será. No apreciamos el momento del ahora, solo pensando ya llegará, gastamos nuestro ahora en recordar cosas del pasado que no podemos remediar. Cada momento que pasa es un momento que no podemos recuperar.

                              
                                                                                 

Quedarnos en los recuerdos del pasado nos induce al desanimo y la falta de acción, ya sea por tener la idea que cualquier tiempo pasado fue mejor, o porque nos obsesionamos en lo que pudo ser y no fue, en el sufrimiento, la desilusión, la culpa y la falta confianza. Al igual pasa al posicionarse en el futuro, muchas veces puede ser desalentador, ya que nos puede generar angustia, preocupación e inseguridad, ya sea porque nos hemos marcado una meta inalcanzable o porque no podemos disfrutar ya, desde ahora, de lo que esperamos que nos suceda y nos de el paso del tiempo (el futuro depende de lo que hagamos hoy, y si lo vivimos preocupados por el, no lograremos nada...) Por lo tanto es importante tener un plan que nos permita lograr satisfactoriamente las metas que deseamos lograr para nuestro futuro, pero tomar consciencia del momento que tenemos, y centrar nuestros esfuerzos en vivir plenamente el presente, ya que antes de que nos demos cuenta, nuestro presente se convierte en parte del pasado, escapándose de nuestras manos, sin poderlo recuperar… Solo recordar.
 
                   
Los niños son un fiel ejemplo de cómo vivir el presente, ya que estos la mayoría de las veces, actúan libremente siguiendo únicamente el impulso del momento presente; por esta razón los niños son mas felices y tienen mejores relaciones interpersonales con los demás niños, ya que no tienen juicios ni expectativas, ni ideas predeterminadas y no tienen en cuenta ni el pasado ni el futuro para pasarlo bien. Los adultos debemos aprender de esto, y ser capaces de olvidar el bagaje anterior, que corresponde al pasado (no se trata de ignorar la experiencia, sino de saberla utilizar correctamente, tomando las vivencias pasadas como una referencia para mejorar y para seguir creciendo..) formado por circunstancias, condicionantes y posturas que ya no existen, para lograr ver las nuevas situaciones como distintas, asimilar como son las circunstancias que nos rodean ahora; logrando implícitamente olvidarnos de nuestros miedos, resentimientos, prevenciones, desconfianza, dependencias y expectativas; preocupándonos únicamente de disfrutar el día a día, minuto a minuto, proporcionar el espacio y el tiempo para que todo fluya como debe ser y ocurra en su tiempo adecuando, sin quedarnos atrás, pero tampoco adelantarnos…



  EJERCICIO PARA VIVIR EL PRESENTE


Para tomar consciencia de estar viviendo el presente, nos debemos preguntar ¿Qué estoy haciendo ahora???

Durante los siguientes minutos, concentrar nuestra atención en la acción que estamos realizando. Nuestro único objetivo es abrir nuestros sentidos y nuestro entendimiento a lo que nos llega a través de esa acción, asimilar su significado; es decir, observar la acción y a nosotros mismo en ese instante…


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